Después de todo volví a impulsarme, sabiendo que era de los últimos impulsos de mi vida. Miré el suelo como siempre {tal vez no debí hacerlo} esperando que nadie viera que lo hacía. Pero me vieron, como no haberlo imaginado. Levanté la cabeza & respiré hondo, como si fuera el último aire que pudiera respirar, sabiendo que no lo era. Oí mi nombre, levanté la mano, intenté no mirar a nadie. & volví a respirar aprovechandome de que tuve la oportunidad. Escuché después de un par de segundos, de esos que se hacen eternos mientras uno espera, & sonó el famoso silbido mágico & tonto. Partí con la vista al frente, medio nerviosa, así como aguantando la respiración. La mitad de la cabeza se imaginaba canciones & series de televisión, mientras la otra pensaba, también dividida en dos, en que podía, & la otra parte en que no. Volvió a sonar el silbido infeliz, estiré los brazos & salí, respirando de nuevo. De inmediato lo supe, no bastó ni un minuto para notarlo, no pude.
*Moraleja, no mire el suelo, la gente se da cuenta.
viernes, 21 de noviembre de 2008
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1 comentario:
wuuuuuuuuuu!
esta buenisimo!:)
Me gustó...
ehh!--
se feliz...
y...
agradece a los elefantes por existir!...(i)
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